El Trastorno del Espectro Autista (TEA), es una afección en el desarrollo del cerebro que afecta la forma en que las personas interactúan y socializan con los demás, aprenden, se comunican y se comportan. Se le conoce como un trastorno del desarrollo porque generalmente los síntomas aparecen en los primeros años de la infancia y se utiliza el término “espectro” porque dentro del autismo existe una variedad en el tipo y la gravedad de los síntomas.
Con base en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, 2014), el Trastorno del Espectro Autista se caracteriza por déficits persistentes en la comunicación e interacción social y patrones de comportamiento guiados por intereses delimitados y actividades repetitivas.
El Trastorno del Espectro Autista incluye síndromes que antes solían considerarse por separado, como:
En general los síntomas pueden manifestarse a partir de los dos años de vida, si bien un niño puede desarrollarse de manera habitual en los primeros meses o el primer año de vida, sin embargo, puede volverse más introvertido o perder habilidades del lenguaje que ya había adquirido después de manera inesperada.
Los síntomas también pueden variar dependiendo el nivel de autismo en el cual se encuentra la persona, pero algunos de los síntomas más comunes son:
Tener poco contacto visual.
Demorarse en responder o no hacerlo al momento de llamarlo por su nombre o querer llamar su atención.
No compartir intereses o actividades que disfrutan.
Ser más o menos sensibles a estímulos sensoriales como el ruido, la luz o la temperatura.
Mostrar demasiado interés en temas o cosas específicas.
Repetir o tener ciertas conductas inusuales, por ejemplo: Seguir rutinas especificas u ordenar juguetes de cierta manera.
Aunque si bien algunas personas con TEA pueden presentar signos de inteligencia superiores a lo normal y aprender rápido pueden manifestar las siguientes conductas:
Capacidad para aprender cosas detalladamente o recordar información por periodos de tiempo muy prolongados.
Sobresalir en rubros como las matemáticas, la música, las ciencias y el arte.
Contar con una gran memoria visual y auditiva.
Niveles del trastorno del espectro autista
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, 2014), clasificó el autismo en 3 niveles de gravedad, de acuerdo al nivel de apoyo que necesita la persona, estableciendo:
Nivel 1: Requiere Apoyo.
Las personas que se encuentran en este nivel tienen deficiencias en la comunicación social y dificultad para iniciar interacciones sociales así como una respuesta de incomodidad hacia la de los demás, problemas de organización, planificación y para cambiar de actividad.
Nivel 2: Requiere Apoyo Sustancial
Se presentan deficiencias marcadas evidentes tanto en la comunicación verbal y no verbal, como de manera social aun con apoyo, por lo cual sus interacciones sociales son limitadas y de respuestas reducidas. En este nivel se presentan conductas restringidas como la dificultad para enfrentar cambios y dificultad para concentrarse en una sola actividad o cambiar de acción, lo que deriva problemas para adaptarse a cambios en el entorno.
Nivel 3: Requiere Apoyo Muy Sustancial
Las deficiencias respecto a la comunicación social, verbal y no verbal son graves, se tiene un inicio muy limitado de interacciones sociales, expone dificultad extrema para afrontar los cambios por lo cual necesitan un nivel de apoyo en todos los aspectos de su vida.
Tratamiento
No existe una cura como tal para el autismo, pero si diferentes métodos o maneras de tratarlo, para ayudar a mejorar las habilidades comunicativas, sociales y de comportamiento:
Terapia ocupacional
Terapia del lenguaje y del habla
Terapia conductual
Terapia de juego
Si tu hijo presenta algunos de estos síntomas o detectas algunos de ellos, no dudes en acudir a consulta, en Cemain Consulta Externa contamos con médicos especialistas en Neuropediatría que te ayudarán a detectar y tratar correctamente el TEA, contáctanos y agenda tu cita.